Contenido creado por Martín Otheguy
Política

Ya tiraba la caña

Revista Gatopardo dedica extenso perfil a Tabaré Vázquez

La revista mexicana Gatopardo dedicó un extenso perfil a Tabaré Vázquez, "el chistoso que usaba su ingenio para ablandar docentes y seducir chicas".

04.05.2016 12:26

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2016-05-04T12:26:00-03:00
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Bajo el título "El doctor que pesca", la revista mexicana Gatopardo dedicó un extenso perfil a Tabaré Vázquez

"¿Cómo llegó Tabaré Vázquez, un exitoso médico, a ser dos veces presidente de su país?", se pregunta la revista mexicana en el extenso perfil que dedica al presidente uruguayo, para la serie "Latinoamérica vista a través de sus mandatarios".

La nota, escrita por el periodista César Bianchi, asegura que Vázquez "en su segundo gobierno se ha movido al centro, algo que no le perdonan sus detractores". "Vázquez nunca ha dejado de ejercer la medicina ni su otra gran pasión: la pesca. Quienes lo conocen dicen que ha llegado hasta ahí gracias a una mezcla de habilidad política y suerte", indica el copete.

El artículo -que comienza con su primera victoria electoral- repasa anécdotas de su vida, ofrece un detallado perfil de su personalidad, su ascenso político y su entorno.

"Álvaro, el hijo mayor de Tabaré, de 49 años, es el menos aficionado a la pesca de la familia. Sus hermanos Javier e Ignacio (Nacho) son amantes del pasatiempo preferido de su padre.Mi viejo puede estar 10 horas pescando. Me acuerdo una vez que terminamos comiendo milanesas de surubí durante una semana entera -dice en su consultorio médico del policlínico privado Asociación Española, ataviado con túnica blanca, de trato cordial, gafas de aumento y la sonrisa heredada de su padre-", cuenta el artículo.

"Cuando pesca está totalmente callado. Y que no zumbe ni una mosca. De política no habla. Él va a pescar para imaginarse lo que va a venir después. Hace algunas semanas las encuestas lo mataron. Él se la había visto venir. Cuando arrancó y daban altísimas, me dijo: 'Mmmm... esto pinta mal. Esperá seis meses y vas a ver'", prosigue.

"No le gusta perder ni a la bolita", dice su amigo y doctor Mario Zelarayan en la nota.

"Un episodio ilustra bien esta afirmación: faltaban dos días para las elecciones municipales y había veda de publicidad para que los electores pudieran meditar su voto sin contaminación proselitista.
Reinaldo 'Polo' Gargano, entonces secretario del Partido Socialista (afiliado al Frente Amplio), le dijo: 'Tabaré, tendrías que hacer un discurso para el domingo por si ganamos, y otro, por si te toca perder'. ‘Estoy seguro que ganamos, mañana pienso en el discurso', le contestó Vázquez. Gargano, un dirigente con oficio en estas lides, insistió con delicadeza: ‘Te entiendo... todos somos optimistas, pero sería conveniente tener uno por si le erramos de percepción y no ganamos'. Tabaré le contestó: ‘Mirá Polo, yo estoy seguro que gano, así que no voy a escribir un discurso por si pierdo. Si querés, escribilo vos'".

"Hijo de un trabajador de la petrolera estatal Ancap y una ama de casa, era el chistoso al que le iba bien en la escuela y el liceo público. Usaba su ingenio para ablandar docentes y seducir chicas. Estudioso, ya de chico tenía una vocación clara: quería dedicarse a algo en lo que pudiera ayudar a los más pobres", documenta el perfil.

Su primo Jesús Navarro -jubilado como chofer de ómnibus, de 70 años- dice que Tabaré era el orgullo de la familia que, al terminar la secundaria en el liceo del Cerro, trabajó en una carpintería, vendió diarios en la calle, fue despachante en un almacén, colocó vidrios y repartió vino en la licorería Carrau y Compañía.

"Desde jovencito era un luchador, un emprendedor, un líder nato. Lo que él tocaba era oro", cuenta Navarro a Gatopardo.

"Ahora, desde hace más de veinte años, Tabaré vive en el barrio del Prado. Allí se levanta todos los días sobre las 7 de la mañana y se va a Casa de Gobierno, o a la residencia presidencial de la calle Suárez, una hora después. Nunca desayuna café ni toma mate porque le producen gastritis y acidez. En el aspecto osteoarticular, explica el doctor Mario Zelarayan, tiene algunas limitaciones al caminar. Pero camina con regularidad de dos a tres kilómetros por día en el fondo de la casona de la calle Buschental en el Prado, mientras habla por teléfono y resuelve cosas. El presidente está ‘impecable', excepto algún problema propio de su edad, pero nada importante. La caída de su párpado derecho, tan tentadora para los caricaturistas, fue resultado de una ‘neuritis
periférica de origen viral' de hace dos décadas, pero ahora, dice Zelarayan, está mucho mejor", sigue la nota. "¿Usted lo manda caminar o comer sano?", le pregunta Bianchi a Zelarayan. "No, lo aconsejo. A Tabaré nadie lo manda", responde.