Contenido creado por Laura Meléndez
Salud

No hay mejor defensa que un buen ataque

Poner los pies en agua helada puede fortalecer tu organismo

Sin duda que es mucho más confortable en verano que en invierno, pero poner los pies en agua helada es un hábito recomendable para mantener altas las defensas del organismo.

04.05.2016 09:30

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2016-05-04T09:30:00-03:00
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Para poner en práctica esta técnica que implica dejar los pies en agua helada unos segundos, además de animarse, hay que utilizar un recipiente grande como para que quepan tus pies, llenarlo de agua fría y agregar varios cubitos de hielo para que se enfríe todavía más. La proporción recomendada por Nosotras, es de 18 cubitos de hielo por cada dos litros de agua.

Cuando veas que el hielo comienza a deshacerse es cuando debes introducir los pies en el recipiente. Procura soportar 15 segundos, quizá se te haga largo, pero valdrá la pena. Una vez transcurrido este tiempo, retira los pies y secalos con una toalla envolviendo bien para recobrar la temperatura corporal. Finalmente ponte unos calcetines de algodón o lana y ve a dormir.

¿Cuáles son los beneficios? Básicamente, esta técnica fortalece el sistema inmunitario. A diferencia de lo que se puede pensar, para que las defensas actúen bien cuando son necesarias es preciso de que "entrenen". Para ello, se las expone a una situación similar - como sucede con las vacunas - y es eso lo que se hace en este caso: se expone los pies a los cambios de temperatura para evitar así enfermar cuando hace mucho frío.

Según Nosotras, este hábito también relaja los pies y deshincha, propiciando la eliminación de los líquidos acumulados en tobillos y pies. Estimula la circulación sanguínea, ya que una vez se retiran los pies del frío, el cuerpo necesita bombear más sangre hacia los pies para aumentar la temperatura cuanto antes.

Vale aclarar que no es el frío o la temperatura baja la que "cura" o fortalece las defensas, sino que es lo que el organismo debe hacer para revertir tal situación y retornar el calor cuanto antes. Se activa el metabolismo y el cambio orgánico así como también las reacciones circulatorias, nerviosas y musculares.