El queso parmesano y el chocolate negro contienen la clave de la felicidad

En los últimos veinte años, los índices de depresión y de ansiedad se triplicaron en el mundo, según estima la Organización Mundial de la Salud. Aunque todo fenómeno psicológico y psiquiátrico demanda una explicación integral, nuevas teorías apuntan a que este aumento puede deberse a una mala alimentación.

Estas teorías vinculan el fenómeno con un déficit en el organismo del triptófano; el aminoácido conocido como el "aminoácido de la felicidad". Esta carencia se explicaría en el abuso de alimentos y bebidas como el café, bebidas light a base de aspartamo, productos procesados y refinados, entre otros. El queso parmesano, por el contrario, es muy rico en este aminoácido.

El triptófano es uno de los 20 aminoácidos esenciales incluidos en el código genético: los son aquellos que el organismo no puede sintetizar por sí mismo, por lo que sólo se obtienen a través de la alimentación. La OMS recomienda una dosis mínima de 250 mg, diarios, y obtenerlos a través de una alimentación equilibrada y no a base de suplementos.

"Sin duda es el responsable del buen humor y la alegría", afirma la nutricionista Josefina Vicario al diario El País de España. "Su efecto prioritario es la acción relajante. Es el aliado perfecto contra el insomnio, el estrés o la ansiedad. El que estimula el buen dormir, el optimismo y el placer", continúa.

La falta en el organismo de este aminoácido puede provocar dermatitis, diarrea, demencia y problemas de digestión.

Alimentos que aportan triptófano

Existen alimentos que combinados aportan todos los aminoácidos esenciales, especialmente legumbres y cereales. Aunque no es necesario comerlos juntos, se recomienda combinarlos en la dieta diaria.

El queso parmesano es uno de los alimentos que posee una gran cantidad de triptófano, además de: el jamón serrano (aporta 400 miligramos por cada 100 gramos), anchoas saladas (390 miligramos), carnes magras, quesos (el emmental, el gruyère o el parmesano aportan 100 miligramos), legumbres (porotos y lentejas, 80 miligramos), frutos secos (se destaca el maní con 80 miligramos) y el chocolate negro (60 miligramos).