Contenido creado por Gerardo Carrasco
Salud

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Experimento con “células asesinas” alienta esperanza en lucha contra la leucemia

Experimento exitoso: ocho enfermos de leucemia tratados con “células asesinas” permanecen libres de la enfermedad por más de cuatro años.

02.09.2015 18:17

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2015-09-02T18:17:00-03:00
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Montevideo Portal

Ocho pacientes con leucemia linfocítica crónica permanecen libres de la enfermedad casi cuatro años y medio después de haber sido tratados con una terapia celular dirigida. Estos resultados, publicados en la revista Science Translational Medicine, representan los datos más definitivos de un ensayo clínico de un enfoque conocido como CTL019, desarrollado por un equipo del Centro de Cáncer Abramson de Pensilvania y la Escuela de Medicina Perelman (EE. UU.).

Hace cuatro años, en 2011, este equipo publicó los resultados iniciales de los tres primeros pacientes. Dos de ellos presentaron una respuesta completa, y a día de hoy, más de cuatro años y medio después, la leucemia ha desaparecido. La primera paciente en recibir el tratamiento lleva cinco años libre de cáncer.

"La duración de la remisión que hemos observado en este estudio es muy importante", señala el autor principal del trabajo, David Porter, en declaraciones recogidas por el periódico matritense ABC. Estos resultados ofrecen una esperanza a los pacientes cuyo cáncer ya no es tratable por las vías usuales. "Los pacientes de este estudio son pioneros y su participación nos ha dado una base de conocimientos y experiencia sobre la que construir este nuevo enfoque para ayudar a más pacientes".

Los resultados ahora publicados se refieren a los 14 pacientes que participaron en el ensayo clínico que comenzó en el verano de 2010. Todos los pacientes que recibieron la terapia celular experimental, que se fabrica a partir de las propias células inmunes del enfermo, habían fracasado después de recibir múltiples tratamientos aprobados y pocos pudieron recibir un trasplante de médula ósea.

La terapia celular CTL019 se basa en las propias células T de cada paciente, que se obtienen a través de un procedimiento similar a la diálisis. A continuación, explican los investigadores, se reprograman las células para que tengan la capacidad de ‘cazar’ y destruir las células tumorales una vez que se trasfunden al paciente. Para ello, se desactiva el sistema inmune del enfermo y se trasplantan las nuevas células diseñadas que contienen una proteína similar al anticuerpo llamada receptor de antígeno quimérico (CAR) que está diseñado para dirigirse a la proteína CD19 que se localiza sobre la superficie de las células B, incluyendo las células B cancerosas que son propias de diferentes tipos de leucemia y linfoma.

En el estudio a tasa de respuesta global fue 57 %. Cuatro pacientes (29 %) lograron una remisión completa; uno falleció a los 21 meses después de la terapia debido a complicaciones infecciosas relacionadas con la extirpación de un carcinoma de células basales en la pierna, aunque estaba en remisión. Los otros tres estaban vivos en el momento de este análisis, sin evidencia de leucemia a los 28, 52 y 53 meses después de recibir la terapia celular, sin terapia adicional.

Otros cuatro (29 %) mostraron respuestas parciales a la terapia, con respuestas de una duración media siete meses. Durante el periodo analizado, señala Porter, dos de estos pacientes habían fallecido a causa de la enfermedad a los 10 y 27 meses después de recibir CTL019, y uno murió después de sufrir una embolia pulmonar seis meses después de la infusión de células T. Seis pacientes (43 %) no respondieron a la terapia y progresaron dentro en el primer mes y el noveno.

Uno de los datos relevantes del informe se refiere a la toxicidad asociada a esta terapia celular. Así,todos los pacientes que respondieron a la terapia desarrollaron el síndrome de liberación de citoquinas o CRS, que diversos síntomas parecidos a la gripe, con fiebre alta, náuseas y dolor muscular y síntomas neurológicos como alucinaciones y delirios. De hecho, en el trabajo cuatro pacientes experimentaron síntomas más graves relacionados con la presión arterial y la capacidad pulmonar, por lo que precisaron cuidados intensivos. Estudios previos han demostrado que el CRS puede ser una toxicidad potencialmente mortal. Los investigadores han desarrollado una estrategia de para tratar los efectos secundarios que incluye la administración del tocilizumab en cuatro pacientes, y de esteroides en dos, que se recuperaron del síndrome.

En opinión de Carl June, del Abramson Cancer Center, resulta importante destacar que las pruebas de pacientes que experimentaron una remisión completa mostraron que las "células modificadas permanecen en el organismo de los pacientes varios años después de su infusión, sin señales de células B cancerosas o normales. Esto sugiere que, al menos algunas de las nuevas células, conservan su habilidad para ‘cazar’ las células tumorales durante largos períodos de tiempo".

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