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La historia de Jorge Sampaoli

El de los milagros

Foto: EFE l Felipe Trueba

Repasamos la historia de Sampaoli, el hombre que guió a la U de Chile y a la selección chilena a lograr sus primeros títulos internacionales. El entrenador santafesino consiguió un trabajo por dirigir desde arriba de un árbol, se tatuó una frase de Callejeros y definió a la hinchada de Peñarol como “la mejor” que enfrentó.

Jorge Sampaoli inscribió su nombre en la historia grande de Chile. Dos de los tres títulos internacionales que conquistó el fútbol de aquel país fueron con él en la dirección técnica: primero sacó campeón a la Universidad de Chile en la Copa Sudamericana 2011 y cuatro años después a la selección trasandina en la Copa América.

Nacido el 13 de marzo de 1960 en la localidad de Casilda, al sur de la Provincia de Santa Fe y a 56 kilómetros de Rosario, fue el primero de los tres hijos de Rodalgo Sampaoli, policía de profesión, y Odila Moya, ama de casa. En sus pagos arrancó en el Club Atlético Alumni, para luego dar el salto y probarse en el más importante de los equipos que tenía cerca.

Su carrera como futbolista se truncó por una fractura de tibia y peroné cuando se desempeñaba en las inferiores de Newell's Old Boys. Por ese entonces empezó a chocar con su padre por su ideología izquierdista, que en plena época de dictadura no iba de la mano con la de don Rodalgo. No obstante, el fútbol fue de las cosas que pudo compartir con él. Aunque era hincha de River Plate e idolatraba al Beto Alonso, lo acompañaba a ver a Newell's por cercanía, y eso marcó su paladar.

Desde que llegó Marcelo Bielsa al cuadro rojinegro se transformó en un admirador del Loco. "Cuando salía a correr llevaba los auriculares para escuchar grabaciones con las charlas de Bielsa por su manera de jugar", recordó su madre en una entrevista con ESPN, minutos después de terminada la Copa América 2015.

Su primer equipo fue el Alumni, el mismo en el que había jugado y al que dirigió gratis. Asumió en 1994, ya siendo empleado bancario, y pese al amateurismo que lo rodeaba le dedicaba más horas que su propio trabajo, incluso yendo a ver a los rivales y colándose en entrenamientos de clubes de Primera División para aprender.

En una final de la Liga Casildense Sampaoli se subió a dirigir desde un árbol porque el juez lo expulsó. Pese a no existir Twitter, Instagram ni Facebook, su foto recorrió el país y por ese hecho el entonces presidente de Newell's, Eduardo José López, le echó el ojo. Además de esa obsesión que quedaba manifestada por su proceder, le comentaron que sus equipos ejecutaban un estilo muy similar a los de Bielsa.

Luego condujo al Belgrano de Arequito, y fue en 1996 que pasó a Argentino de Rosario, gerenciado por López. Allí estuvo hasta el año 2000, en la B Metropolitana, y en 2002 comenzó una carrera en Perú, donde dirigió a Juan Aurich, Sport Boys, Coronel Bolognesi y Sporting Cristal. En tierras incaicas no logró ser campeón, así como tampoco en el O'Higgins de Chile, al que llegó en 2008. Sin embargo, en todos practicó el mismo fútbol que le planteó a España, Holanda y Brasil en el Mundial.

Su primera vuelta olímpica a nivel profesional llegó en 2010 con el Emelec de Guayaquil, y al año siguiente recaló en el club que lo catapultó a la selección de Chile: la Universidad de Chile. En la Uchi ganó tres torneos cortos entre 2011 y 2012, y la Copa Sudamericana en 2011. Tanto deslumbró con su juego vistoso que a finales de 2012 resultó elegido para sustituir a Claudio Borghi en la Roja, con la que debutó oficialmente cayendo 1-0 con Perú en Lima por las Eliminatorias.

El resto de la historia es bastante más conocida, y fue lo que posibilitó que el libro "No escucho y sigo", de su coterráneo casildense Pablo Paván, fuera un éxito. El nombre de la biografía autorizada de Sampaoli es una de las frases de Callejeros que, según su autor, mejor definen la personalidad del entrenador. Hay otras tatuadas de la misma banda en su cuerpo, así como de los Redonditos de Ricota. Andrés Calamaro, Gustavo Cordera, No Te Va Gustar y La Vela Puerca también son parte de su gusto musical.

Y justamente relacionada con La Vela Puerca hay una anécdota del libro que se remonta a sus épocas de entrenador de la U de Chile, cuando enfrentó a Peñarol. Jhonny Herrera, José Rojas, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz, Eugenio Mena, Ángelo Henríquez y Paulo Garcés, hoy campeones de América, eran algunos de sus dirigidos en aquel equipo que poco antes perdió al goleador Eduardo Vargas.

El partido en cuestión, disputado el 6 de marzo de 2012 en el Estadio Centenario frente al equipo que por ese entonces dirigía el Polilla Jorge Da Silva, terminó empatado 1-1 y dejó impresionado a Sampaoli por lo que observó fuera de la cancha.

A continuación, la transcripción de ese fragmento

Una vez terminado el tema recuerda algo relacionado con la música, pero vuelve al fútbol porque así combina lo que le gusta relacionado con lo que le apasiona y lo obsesiona. Se dirige a mí con la vista y suelta:
-¿Escuchaste el tema de La Vela Puerca que canta la hinchada de Peñarol?
-No, no sé cuál es.
-Buscalo. Poné en Youtube: Vela Puerca, Peñarol.
Sigo su indicación y lo encuentro. Es Clarobscuro hecho canción de cancha. Los carboneros lo cantan a viva voz. En el video se transmite esa locura futbolera. Y eso a Sampaoli lo enciende.
-De las rivales, es la mejor hinchada que vi. La de Peñarol, de las que enfrenté es la más pasional. En el Centenario era impresionante lo que cantaban y gritaban.
El "oh, Peñarol, Peñarol, Peñarol" se nos pega a todos. Nos queda en la cabeza.

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