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13 años de avances en derechos laborales

04.May.2018

Si miramos la región, observamos que los derechos de los trabajadores han sufrido un retroceso notorio. Sin embargo, la situación en Uruguay es otra. Tanto la reinstalación de los Consejos de Salarios en el año 2005 como la aprobación de más de 50 leyes que reconocen y amplían los derechos de los trabajadores y trabajadoras, permitieron mejorar sustancialmente la calidad de vida de la mayoría de los uruguayos.

Seguimos siendo la burbuja de la región. Los proyectos de reforma laboral impulsados por los presidentes Temer y Macri son una muestra contundente de su proyecto neoliberal a favor de la desregularización del trabajo y en contra de los derechos ganados desde hace décadas, a partir de la lucha de los trabajadores organizados.

La reforma laboral en el país norteño contiene un conjunto de normas que recortan de plano los derechos conquistados en los últimos años. Por mencionar algunos de los mas “destacados”, por ejemplo se establece que los contratos privados pasan a ser más importantes que las convenciones colectivas; se elimina la defensa gratuita en los juicios laborales; la jornada laboral se extiende de 8 a 12 horas diarias y se elimina el pago de horas extras; se disminuye en 50% la multa por despido sin causa; se admiten contratos parciales de hasta 30 horas semanales o 26 horas y 6 horas extras y se precarizan las condiciones laborales para las mujeres embarazadas.

Por su parte, el presidente argentino Mauricio Macri en esta semana envío, por segunda vez, un proyecto de ley que promueve una reforma de similares características a la de su par brasileño. Dicha reforma tiene un claro sesgo pro patronal, por ejemplo, modifica la forma de cálculo de las indemnizaciones por despido, lo cual permitirá que disminuya su monto y promueve un “blanqueo” laboral que perdona a aquellos empleadores que tengan personal “en negro”, es decir condona su deuda anterior impidiendo el reclamo de los empleados por los aportes no realizados.

Pese a las consecuencias negativas para los trabajadores de los países vecinos, en Uruguay, algunos de los referentes de los partidos tradicionales y las cámaras empresariales, ven con buenos ojos las modificaciones y las referencian como una “actualización de las relaciones laborales”. Pero en Uruguay todavía gobierna la Izquierda, y es por eso que hoy podemos señalar con mucho orgullo que aquí los derechos no se detienen. Si hacemos una breve revisión de las conquistas obtenidas por los trabajadores podemos enumerar infinidad de avances.

En los últimos 13 años el salario promedio creció 55 % más que los precios y las pensiones mínimas aumentaron a la par del salario real, particularmente las más bajas. Además, el salario mínimo nacional se incrementó 137 %. Con estos avances y medidas, el 40 % de los trabajadores de menores ingresos vieron duplicados. Por ejemplo: un/a cajero/a en 2005 ganaba $3.300, ajustado por inflación, hoy cobraría $ 8.015. El 1 de enero de 2017 cobraba $ 20.132 lo que significa un aumento de 151,18% de su poder de compra.

Esta vez a diferencia de la década del 90 y principios de los años 2000, el crecimiento del salario real superó el crecimiento de la economía. Es decir, los trabajadores a partir de los Consejos de Salarios se apropiaron del aumento de la productividad generada por su trabajo. En los noventa dichos aumentos se concentraron en las manos de los empresarios.

Aumentaron los niveles de formalización. En el año 2004 los cotizantes al BPS eran 940.526 ese número ascendió a 1.470.647 en 2016. La promulgación de la ley de regulación del trabajo doméstico permitió el aumento de trabajadores registrados en la Seguridad Social, en el año 2004 eran 39.294 mientras que en el 2016 fueron 74.927 trabajadores.

A partir del 2008 los trabajadores rurales tienen derecho a aguinaldo, horas extras, salario vacacional y cobertura médica. Se limitó su jornada laboral a 8 horas y se establecieron descansos intermedios, entre jornadas y semanales. Con la ley de 8 horas 15000 trabajadores redujeron su jornada laboral que se extendían más de 50 y 60 horas semanales.

Se aprobó la Ley de responsabilidad penal para el empleador. Ésta, entre otras tantas leyes laborales aprobadas, ha llevado a que los accidentes de trabajo pasaran de 50.000 en 2012 a 35.000 en 2016.

Fue este gobierno que logró terminar con la inequidad surgida a raíz de la ley de las AFAPS, con la llamada ley de “Cincuentones”. De esta manera ganaron miles de trabajadores que ahora van a tener una mejor opción a la hora de jubilarse. Se han flexibilizado las condiciones de acceso a los beneficios jubilatorios.

Se extendió la licencia por maternidad y paternidad. Se estableció el medio horario para madres que amamantan también en el sector privado y derecho de los padres a tener licencia por paternidad. Se extendió la licencia para padres de hijos prematuros y uso de licencias y horarios especiales por adopción. Se definió el derecho de las mujeres a computar un año más de trabajo a los efectos jubilatorios por cada hijo nacido vivo o por cada hijo adoptado.

Pero a pesar de estos avances existen situaciones preocupantes que debemos afrontar. En particular la pérdida de puestos de trabajo, los salarios sumergidos y los altos niveles de desempleo en jóvenes y mujeres. Para ello, debemos establecer estrategias, pensar en los instrumentos que contemplen los desafíos mencionados y se transformen en prioridades.

Los cambios en el mercado laboral nos exigen estar atentos y construir salidas a los retos anteriormente mencionados pero ello no puede opacar las transformaciones, que han contribuido a mejorar de manera significativa la calidad de vida de todas y todos los trabajadores de nuestro país.

 

Referencias:

Principales Indicadores, 2005. Asesoría Económica y Actuarial.

Principales Indicadores, 2017. Asesoría Económica y Actuarial.

Trabajo y Salarios en Uruguay. Instituto Cuesta Duarte, Abril 2018.